Esta historia es real. Esto comenzó cuando tenía 5 ó 6 años. Por eses entonces los fines de semana nos juntábamos las familias por parte de mi papá en la casa de mi abuelo. Previo diré que vivíamos en una provincia del noroeste de argentina y mi abuelo tenía varias hectáreas de viñedos y una pequeña bodega.

Ricardo, Juan y Matías, son tres primos más próximos a mi edad, mayores que yo entre 3 a 5 años. Como dije antes tendría alrededor de 5 ó 6 años cuando comenzó esta historia que es real y que quiero compartir algunos de los hechos con mis primos.

Cuando llegaba el fin de semana íbamos todos a lo de mi abuelo, allí cada cual según su edad realizaba distintas tareas de recreación de acuerdo a la edad y a los gustos. Con mis primos nos íbamos a la parte más alejada de la casa, a un lugar donde nadie nos veía, pero si nosotros ver si alguien venía desde lejos. Ellos, mis primos se bajaban los pantalones y sus calzoncillos, para que yo los masturbara, chupara y me dejara penetrar con sus pequeños penes. Por ese entonces ellos tenían entre 9 a 11 años.

Esta historia de la cual siempre disfrute y no recuerdo hoy haber sido forzado para hacerla, se repetía siempre que me juntara con cualquiera de ellos e inclusive en nuestras casas.

Cuando tenía 8 años, fui de paseo a la casa de Juan. Había llegado de visita un primo de el por parte de madre de otra provincia. Se llamaba Raúl y contaba con 16 años. Después de almorzar, por el calor del verano los mayores se fueron a dormir la siesta. Juan, Raúl y yo fuimos a una habitación donde había cosas sin uso, tiramos en el suelo unos colchones viejos, para leer unas revistas. Estaba entretenido con mi lectura, distraído de todo lo que había a mi alrededor, cuando siento movimientos, me doy vuelta y veo que mi primo Juan se había quedado desnudo y le estaba chupando la pija a Raúl que también estaba desnudo. La sorpresa no fue ver como mi primo se la chupaba a Raúl, sino el tamaño de su miembro, por que jamás había visto algo así tan grande y con tantos pelos a su alrededor. Juan sacándose el pene de su boca me mira y pregunta si yo quería también chupar semejante cosa, a laque dije que si.

Mi mano no podía cerrar la circunferencia de la pija de Raúl y luego comencé a tratar de meter eso en mi boca que apenas cabía, luego Juan le besaba sus huevos y yo le pasaba la lengua por esa inmensidad.

Como Juan estaba desnudo, se puso boca abajo y Raúl lo comenzó a penetrar. Juan no se si con sus 12 años se quejaba de dolor y/o placer. Raúl se salio de Juan y dijo que ahora me tocaba a mi. Me desvestí,no voy a negar que tenía mucho miedo, como también mucho deseos y curiosidad, dado que las únicas pijas que habían tratado de introducir en mi pequeño ano eran las de mis primos, que resultaban ser muy chicas en comparación a la de Raúl.

Yo me puse boca abajo, y Raúl me mojo con su saliva, para luego poner la cabeza de su pene en mi pequeño agujerito. Raúl empujaba, pero se resbalaba y comenzaba de nuevo hacer lo mismo, pero yo a esa altura tenía algo de incomodidad, hasta que por fin pudo introducirme la pija en mi culo. Creo que no debe haber entrado más de 1 ó 2 cm, el se movió un poco cuando Raúl se salio de encima mió, yo me pare en forma inmediata por que estaba muy asustado, dado que por mis piernas me corría un liquido pegajoso de color blancuzco, con algo de sangre. Recuerdo que fui corriendo al baño me lave muy bien hasta que se corto la sangre y no deje que me tocarán más mi pequeño culito por dos o tres meses.

Cuando volví Juan estaba disfrutando de una segunda culeada por parte de Raúl.

Han pasado 40 años de esta historia real. Si alguien quiere hacerme o preguntarme algo de lo narrado lo puede hacer [email protected]

El Autor de este relato fué Piti , que lo escribió originalmente para la web https://www.relatoscortos.com/ver.php?ID=13384&cat=craneo (ahora offline)

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