Les cuento mi historia, es real y me paso hace un tiempo, edad 45 años pelo
castaño con algo de canas, 1,79 de estatura, 85 kilos de peso, profesional
universitario, casado tres hijos, heterosexual, hasta que me sucedió lo que
paso a narrarles.
Un día de esos en que andaba en un estado de excitación decidí calmar mi
calentura visitando una casa de masajes, andaba con ganas de algo especial,
no sabía que, pedí que me atendiera un varón, su atención fue muy buena, me
hizo un masaje manual muy erótico, muy placentero que me produjo un gran
relajo y me dejó muy caliente. Luego me ofreció un baño de relajación para
lo cual pasamos a una pileta que tenía agua tibia y espuma, nos sentamos
juntos uno frente a otro y él me empezó a acariciar entre las piernas, los
testículos y el ano, me sentía muy excitado, le tomé el pene que lo tenía
totalmente duro, nunca en mi vida había sentido lo que es tener un miembro
ajeno en mi mano, realmente fue muy agradable. En estos toques ya estaba
apunto de acabar, pero yo quería sentir en ese momento otras sensaciones, y
le pedí a que cambiáramos de posición y que me abrazara por detrás, para
sentir como es ser tomado por alguien desnudo y caliente como estábamos. Me
di vuelta afirmándome en el borde de la pileta y me agarró con fuerza de los
hombros se pegó a mí y se movió como si me estuviera penetrando, la
sensación de que alguien me estaba tomando de esa forma me hizo terminar
casi de inmediato. Luego de eso nos secamos y vestimos, pero él parece que
quedó muy caliente y me pedía que me quedara un rato y le permitiera
penetrarme, yo le dije que no, pues además de tener un pene muy grande yo
nunca lo había hecho y no quería tener problemas posteriores. Esa noche, con
mi mujer tuvimos las relaciones sexuales más intensas de los 20 años de
casados que llevábamos a esa fecha.
La cosa me quedó gustando y en otra oportunidad en que andaba con las mismas
calenturas fui nuevamente a una casa de masajes, pedí como la vez anterior
que me atendiera un muchacho, este resultó ser mucho más varonil y atento
que el de mi primera experiencia, se llamaba Antonio y era bastante buen
mozo y con muy bello cuerpo. Le indiqué que tipo de atención quería, le pedí
un masaje erótico pero sin contacto, él me dijo que no me preocupara que me
atendería con mucha delicadeza y que quedaría satisfecho. Así fue, me hizo
un masaje exquisito que me dejó muy excitado. Al terminar el masaje yo
esperaba que me acariciara en forma más erótica a fin de poder acabar pero
en vez de eso estando yo de espaldas me levanta las piernas y me besa
profundamente el ano, me introduce la punta de la lengua en él, lo que en un
instante me hace acabar con una fuerza increíble, esa sensación fue
realmente de otro mundo. Después de eso me lavó, me acarició un rato y luego
me fui.
Ya parecía que esto no terminaría hasta que se consumara todo, así que
pasado un tiempo fui nuevamente a visitar a Antonio, en esa oportunidad
avanzamos un poco mas, me hizo un masaje en una especie de camilla con agua
tibia y espumas, esta vez él desnudo me efectuó un masaje con su cuerpo
frotándose contra el mío, primero de frente, luego me pidió que me diera
vuelta y lo hizo por atrás, así estuvimos un buen rato, yo en ese momento
estaba excitadícimo, se retiro de encima de mí, se alejó a buscar algo y
luego sentí como lentamente me introducía un dedo lubricado en mi ano y lo
movía lentamente en un movimiento de entrar y sacar, esa nueva sensación
para mi me hizo eyacular con una fuerza increíble. Luego de eso nos
duchamos, él me secó cariñosamente, yo le agradecí lo bien que me había
hecho sentir, y realmente durante varios días no pude de dejar de pensar en
esta aventura sin volver a calentarme a full.
Hasta que al fin me decidí, un día, 7 de Octubre de 1994, fecha que no se me
va olvidar, me dirigí nuevamente donde Antonio, y le solicité lo que ya no
podía aguantar más, ser penetrado por un verdadero pene, yo estaba muy
excitado con esta posibilidad y a la vez estaba muy nervioso, él se dio
cuenta de eso, me tranquilizó diciéndome que sería muy cuidadoso y que en
cualquier momento si yo no estaba en agrado, lo suspenderíamos.
Nos desvestimos, yo me tendí boca abajo en una camilla y él empezó un masaje
de relajación exquisito, lo que rápidamente me tranquilizó, cuando él notó
esto, me hizo abrir un poco las piernas y se puso entre ellas para seguir su
masaje, ahí sentí por primera vez su pene ya bastante duro, que golpeaba
contra mis piernas y nalgas.
Fue variando su masaje a uno más erótico, se puso una crema en sus manos y
me la empezó a pasar entre las nalgas acercándose cada vez mas a mi agujero,
el que luego alcanzo y comenzó a lubricar, primero por fuera, luego
introdujo un dedo y lubricó por dentro, luego introdujo un segundo dedo e
inició un trabajo de dilatación del esfínter, realmente exquisito, yo ya a
esa altura estaba con una calentura máxima. Como todo en la vida, lo que yo
había venido a buscar empezó a suceder, me puso un almohadón bajo mi vientre
para levantar mi trasero, me abrió un poco mas las piernas y empezó a
introducir lentamente su miembro en mi hasta ahora virgen ano. Al principio
me pareció que un fierro caliente se trataba de introducir, pero lentamente
y con gran paciencia me fue dilatando y penetrando hasta que estuvo todo
dentro de mí. Me pidió que me relajara y nos mantuvimos un largo rato en
esa posición, yo sintiéndome totalmente penetrado y dominado, una sensación
que es indescriptible, luego empezó a moverse al principio lentamente y
luego un poco más rápido, yo trataba de estirar mis manos para atrás y
tomarlo para sentirlo lo más cerca posible, al poco rato ya no daba mas y
termine con una profunda y gran intensidad, a pesar de no tener erección. Al
sentir él que yo había terminado, se detuvo con su pene profundamente
enterrado en mi abrazándome, acariciándome y besándome el cuello, luego
empecé a sentir como acababa sin moverse, lo que me permitió sentir sus
contracciones dentro de mí y sentir su semen caliente y abundante. Se retiró
lentamente, nos quedamos abrazados un rato, me duché me despedí de él y ahí
termino mi aventura.
Este hecho real se los cuento a fin de que me conozcan y sepan de mis
gustos, me ha excitado mucho solo el hecho de estar contándolo. Luego de esa
vez, principalmente por el asunto del SIDA, y que ya había satisfecho mi
curiosidad al respecto no he vuelto a tener este tipo de experiencias.
¿Qué tal les pereció esta historia? Escriban me sus comentarios a
Atte. Fernando
El Autor de este relato fué Fernando Dolazaner , que lo escribió originalmente para la web https://www.relatoscortos.com/ver.php?ID=3034&cat=craneo (ahora offline)